lunes, 29 de octubre de 2012

SU SUEÑO


 Ella conoce lo que es la felicidad.
Anduvieron juntas en su niñez y en su adolescencia.
Su mundo era perfecto.
Vivía tranquila.
Tenía más de lo que necesitaba y siempre se sintió amada.
Amada por su familia, querida por sus amigos.
Pero llegó aquel fatídico día y todo lo cambió.
Ya nunca nada fue igual.
Siempre luchando, siempre sorteando los baches del camino.
Siempre buscando aquello que le arrebataron.
Pasó los años soñando haber encontrado lo perdido.
Realidad lo creyó.
Pero de aquel sueño, otro maldito día despertó.
Desde entonces, pasa los días luchando, defendiendo su libertad y buscando su felicidad.
Jamás se cansa, jamás desiste.
Ella sabe que si tiende la mano, otras muchas se la sujetarán.
Pero permanece en silencio, siempre en silencio.
Con nadie lo habla, su dolor guarda.
Sola se siente, terriblemente sola.
Al terminar el día, ella piensa, ”Mañana amanecerá pero ¿qué será lo que me traerá?”.

                                       m

sábado, 27 de octubre de 2012

ORACIÓN DE SAN FRANCISCO DE ASÍS



Señor: haz de mí
un instrumento de paz.
Que allí donde haya odio,
ponga yo amor.
Donde haya discordia,
ponga unión.
Donde haya duda,
ponga fe.
Donde haya desesperación,
ponga esperanza.
Donde haya tinieblas,
ponga vuestra luz.
Donde haya tristeza,
ponga yo alegría.
Oh Señor....
Que no me empeñe tanto
ser consolado,
como en consolar
en ser comprendido,
como en comprender.
en ser amado, 
como en amar...
Pues dando, se recibe
olvidando, se encuentra
perdonando, se es perdonado
muriendo, se resucita
a la vida eterna.


Mis queridos amigos 
como sigo con este dolor de cabeza 
que no me quiere abandonar
y no tengo inspiración alguna.
Hoy os dejo esta linda oración.
da igual ser creyente o no,
creo que a todos
nos sirve para reflexionar.
Un beso y que tengáis un fantástico domingo.
m

miércoles, 24 de octubre de 2012

ESTE JUEVES UN RELATO...


DCOLORES…



Cada mañana al despertar veo el arco iris.
Inicio el día con ilusión, imaginando que será de color rosa o verde esperanza.
Hay días que son azul cielo, esos días son apacibles, reina la tranquilidad  y en ellos encuentro esa paz que tanto necesito.
Pero hay otros muchos en los que con el paso de las horas, los colores vivos de mi arco iris se van apagando lentamente, hasta llegar a ser tan sutiles que casi no se ven.
Es entonces cuando comienza la metamorfosis y pasan a ser grises.
El gris claro se va oscureciendo poco a poco, hasta llegar lentamente al negro.
¡Cómo me cuesta transformar el negro en verde esperanza!
Pero con esfuerzo y con la ayuda del blanco al final soy capaz de volver al azul cielo.

                                   m

  


jueves, 18 de octubre de 2012

¿POR QUÉ CREES?

                                               


Ayer me preguntaron “¿Por qué crees en Jesús?
¿Qué es lo que Él te da?”.
Y yo, mirándolo a los ojos le respondí:
“¡Cómo no creer en aquel que dio su vida por mí!
Mi Jesús me da la luz, la luz que me guía en la oscuridad y no permite que me pierda en ella, iluminando mi camino.
Me da compañía, gracias a Él, en ningún momento me siento sola porque  Él siempre, está a mi lado.
Me da confianza, la confianza de que los pedacitos de mi corazón que ya no están conmigo están junto a Él.
Me da seguridad, la seguridad de que si sigo sus pasos, no me equivocaré.
Me da su amor, un amor incondicional, tan puro que es difícil rechazar y que me enseña amar como Él me ama.
Me da la necesidad, la necesidad ser mejor cada día.
Me da la esperanza, la esperanza de que el día que comienza, sea bien vivido.
Me da una familia, mi familia cristiana, a mis hermanos en Cristo que me acompañan en los buenos pero sobretodo en los malos momentos.
Él  me da todo esto y mucho más pero sobretodo, me da la vida.
Mi Jesús me da la vida y mi vida es suya”.
Esa fue mi respuesta, él sorprendido me miraba y asentía con la cabeza y me dijo, ¡dichosa tú que crees!.
Mi amigo se fue pensativo y espero que comprendiéndome algo mejor.
Y yo, aquí estoy, amando aún más a mi Jesús.
                                                            
                                                   m

viernes, 12 de octubre de 2012

CÓMO ME GUSTA

                                   

Cómo me gustan los días grises y lluviosos.
Pasear bajo la lluvia.
Ver pasar a la gente con sus paraguas.
Todos van rápido, la lluvia les molesta.
Sin embargo, yo camino despacito, muy despacito, disfrutando.
La vida pasa a mi lado, fotograma a fotograma a toda velocidad.
Solo yo permanezco en medio, quieta, calmada, sin prisa.
Imaginando quiénes son y hacia dónde se dirigen.
Ellos a mí no me ven, yo no les dejo.


Cómo me gusta las noches de tormenta.
El sonido del agua al chocar sobre el tejado, el destello que todo lo ilumina y tras él el sonido ensordecedor del trueno.
Cómo me gustan las noches tormentosas y calentita en mi cama imaginarme grandes historias.
Cómo me gusta en esas noches tormentosas imaginar tu cuerpo junto al mío.
Cómo me gustan los días grises y lluviosos.
Cómo me gustan las tormentas en la noche.
Y cómo me gusta estar junto a ti.

                                          m

martes, 9 de octubre de 2012

El relato del jueves " EL TELÉFONO"

Allí estaba sentada en aquel sillón antiguo, deteriorado por el paso del tiempo pero hermoso, era de nuestros abuelos.
Había sido una tarde más, como cualquier otra, en casa y entre pensamientos.
Como una joven necia, me dedicaba a observar aquel teléfono, al que tenía una manía terrible.
Impaciente estaba de escuchar su alarmante sonido, para corriendo ir en su busca, cogerlo y al fin escuchar aquella voz que tanto añoraba, esa voz tan hermosa y deseada por mí.
Pasaban las horas y no sonaba.
Era un teléfono antiguo, muy clásico, al estilo de mis antepasados,  con sus botones blancos desgastados y su cuerda enrollada.
Para mi sorpresa, al fin, el teléfono lanzó aquel sonido que en un principio me alegró, pero que al llegar junto a él, cesó.
Ésto se repitió durante varios minutos.
Estaba sola en casa y aquella situación sólo lograba aterrorizarme.
No sólo sonaba el teléfono, de repente, empecé a escuchar diversos ruidos que no tenían explicación alguna.
No sabía qué hacer.
Cuando quise pedir ayuda, no pude hacerlo pues el teléfono no tenía señal alguna.
Tocaron a la puerta, mi cara emblanqueció y mi cuerpo se paralizó, pero de repente todo cambió.
Escuché una voz, aunque no era la deseada.
Eran mis padres que volvían de viaje, antes de lo esperado.
Me comunicaron que desde hacía varias horas había un problema en la ciudad y que no se podía ni hacer, ni recibir llamadas.
De nuevo tendría que esperar que mi sueño se hiciera realidad, deseando más que nunca que desapareciera ese teléfono, al que tanto amor tenía mi familia y que a mí me causaba tantos problemas.

                                               m

 Más en el rincón de María José

domingo, 7 de octubre de 2012

ANTONIO



En un pequeño pueblo de la Alpujarra vivía un niño rubio con grandes ojos verdes.
Nacido en el seno de una buena familia, el menor de seis hermanos era.
Su infancia no fue complicada, a la escuela pudo asistir, jugar y hacer travesuras como cualquier niño de allí.
En Jaca hizo la mili,  numerosas aventuras vivió, que luego nos contó.
Un día con Ángeles se casó y ya siempre para ella trabajó.
Diversos oficios tuvo, peón, minero o agricultor, de todo sabía, con todo se atrevía.
Un día, a trabajar en CAMPSA entró y con su familia a Barcelona se mudó.
En Barcelona, Toledo y Málaga vivió.
Hasta que a Motril llegó y ya su hogar no movió.
Un 7 de Octubre, a las 7 de la tarde murió.
Muy joven y muy pronto, a su mujer e hijos solos dejó.
Aunque espiritualmente siempre les acompañó.

Hoy se cumplen 28 años de tu partida.
Desde la serenidad que da el paso del tiempo, te digo:
“¡Papá, cómo te quiero!
Aún escucho tu voz entre sueños, tan clara como cuando era una niña.
Ya no hay llantos, ya no hay lloros, ya sólo hay recuerdos, bonitos recuerdos.
Tu mirada, esa mirada tan clara pero a la vez tan pícara.
Tu humor, ese humor tan particular mezclado con tu seriedad que te hacía tan especial.
Y tantos y tantos, otros recuerdos que para mí me quedo.
Ya están contigo tu mujer y tu hijo pero quiero recordarte que aquí, aún tienes unos pedacitos de tu corazón que siempre te recuerdan con amor, con mucho amor.
Ya mi alma está tranquila, encontró la paz, tú bien lo sabes.
Y desde esa paz, te digo:
Papá, ¡qué lejos estás y cerca te siento!”.


                                 

Hoy con este escrito voy a cerrar este ciclo. 
Ya les he hecho, mi  pequeño homenaje, a mis tres ángeles.
Mi alma está tranquila y ya es hora de continuar mi camino.
Aunque siempre estarán conmigo y es inevitable que aparezcan en mis relatos porque ellos son mi vida.
Pero es hora de mirar hacia adelante.
Ya me entendéis!!!!!
                                        m

miércoles, 3 de octubre de 2012

ÁNGELES




Una vez me contaron una historia.
Había una niña muy delgada y tostada por el sol que vivía en un gran cortijo andaluz.
Aunque era una niña, no iba a la escuela.
Todos los días eran iguales para ella.
Se levantaba aún de noche y tras desayunar, salía al campo a trabajar junto a su padre, Juan.
Aún siendo una niña hacía el trabajo de un hombre.
El campo trabajaba y trabajaba.
Cansada volvía al anochecer y aún le quedaba por hacer las faenas de casa que su madre o su hermana mayor le mandaban.
Ella nunca entendió por qué su vida era así.
Por qué sus hermanas se quedaban en casa y nunca el campo trabajaban.
Por qué después de almorzar mientras sus padres y hermanos descansaban, ella a cuidar el ganado marchaba.
Por qué su hermana mayor era una señorita y ella una esclava.
Así se sintió ella durante años, nunca valorada, siempre explotada.
Los días pasaban, su rutina diaria la ahogaba.
Pasaron los años, llegó el matrimonio y con él su liberación.
Ya nunca más el campo trabajó.
A su casa, a su marido y a sus hijos se dedicó.
Ya no se sentía esclava, dueña y señora de su vida era.
En su hogar iguales todos eran, de eso ella bien se encargó.
Tres hijos tuvo y viuda pronto quedó.
Y ella con sus tres hijos la vida continuó.
A los tres amó y por igual cuidó.
A los tres educó y estudios universitarios costeó.
Nueve meses tuvieron sus hijos para cuidarla y demostrarle su amor.
Plena dedicación le otorgaron, toda la que ella necesitó.
La misma que en otro tiempo ella les dedicó.
Una noche entre sueños se marchó, tal como ella quería, Dios se lo concedió.
No era justo que viviera, lo que muy pronto pasaría.
Cuando cierro los ojos no quiero ver el final.
Quiero verte entre tus olivos, tu campo y tu pajar.
Aquel que un día fue tuyo y nadie te pudo quitar.
Con tus tres hijos luchaste por él y por tu libertad.
     
                                  m

lunes, 1 de octubre de 2012

MI CAMINO


EL tiempo transcurre
parar no se puede         

                      


                                     
No voy a ver la vida
sentada pasar




Por duro que sea el camino
andarlo voy



Sin miedo alguno descubriré
lo que escondido esté




Me beberé cada instante
de la vida
segundo a segundo




Sin dejar de soñar
continuaré adelante  





Compartiendo esos sueños
que tan feliz me hacen



Dejando atrás
lo que tanto daño me causa



Y al final de mi camino
con paciencia, me esperará
lo que busco

m