En
las noches largas y oscuras,
siempre encuentro consuelo,
entre estas palabras
siempre encuentro consuelo,
entre estas palabras
EL
SEÑOR ES MI PASTOR, NADA ME FALTA
Aunque
camine por cañadas oscuras,
nada
temo, porque Tú vas conmigo
El
Señor es mi pastor, nada me falta:
en
verdes praderas me hace recostar;
me
conduce hacia fuentes tranquilas
y
repara mis fuerzas.
Me
guía por el sendero justo,
por
el honor de su Nombre.
Aunque
camine por cañadas oscuras,
nada
temo, porque Tú vas conmigo:
tu
vara y tu cayado me sosiegan.
Preparas
una mesa ante mí,
enfrente
de mis enemigos;
me
unges la cabeza con perfume,
y
mi copa rebosa.
Tu
bondad y tu misericordia me acompañan
todos
los días de mi vida,
y
habitaré en la casa del Señor
por
años sin término.
Y
al amanecer,
siempre me embarga,
siempre me embarga,
un soplo de esperanza
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