lunes, 23 de marzo de 2015

Un soplo de esperanza



En las noches largas y oscuras, 
siempre encuentro consuelo, 
entre estas palabras

EL SEÑOR ES MI PASTOR, NADA ME FALTA

Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque Tú vas conmigo
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas.
Me guía por el sendero justo,
por el honor de su Nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque Tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término.

Y al amanecer, 
siempre me embarga,
 un soplo de esperanza

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